Los libros de acceso abierto en humanidades y ciencias sociales

Francisco Osorio
Cinta de Moebio

En el mes de enero de 2016 fue publicado un estudio de Ellen Collins y Caren Milloy titulado OAPEN-UK final report: a five-year study into open access monograph publishing in the humanities and social sciences, que paso a describir a continuación.

Los libros son muy importantes en las humanidades y ciencias sociales como forma de comunicación, por ello los autores comenzaron un estudio en 2010 sobre un nuevo sistema de publicación de libros: monografías de acceso abierto. Este tipo de libros se ha incrementado fuertemente en los últimos 5 años y ese es, precisamente, el objetivo del trabajo: qué características tiene hoy un sistema de publicación de libros de acceso abierto y qué tendría que cambiar para hacer masivo este sistema.

La metodología que siguieron los investigadores fue entrevistar a investigadores, bibliotecarios, editores, sociedades científicas y agencias de investigación. También hicieron encuestas, focus groups, talleres y realizaron estudios de casos en el Reino Unido.

Sus resultados son agrupados en tres grandes temas: a) actitudes y percepciones, b) sistemas, políticas y procesos, c) modelos de negocios.

Actitudes y percepciones

Lo primero que destacan los autores del estudio es que a los investigadores en las humanidades y ciencias sociales realmente les interesan los libros. Para un autor una de las preguntas más importantes es qué editorial elegir. Las cuatro primeras razones que dan los autores son: la editorial llega a la audiencia para la que escribo (54%), confío en la calidad de la editorial (43%), es la mejor en mi área (35%) y fue la primera interesada en mi libro (35%).

Los autores generalmente quedan satisfechos con el diseño del libro y las versiones impresas de los mismos. Donde no están del todo satisfechos es en la distribución y promoción del libro. Los investigadores, dice el estudio, esperan que los editores hagan la publicidad, pero no están tan dispuestos ellos mismos a realizar la promoción de los libros que escriben.

Los académicos, en general, quieren libros impresos. Pueden tener una versión digital sin mayor problema, pero están emocionalmente vinculados a los impresos.

Según el estudio, si bien la mayoría de los autores apoya el acceso abierto, asocia más la idea a las revistas que a los libros. Para muchos autores, acceso abierto significa llegar a más lectores. Más allá de este punto de consenso, comienza el disenso. Existen diferentes visiones sobre los pagos de los derechos de autor, qué significa en la práctica que un libro sea de acceso abierto, cuáles son los beneficios, cuáles los costos, entre otros aspectos. Si se suma a ello la propia visión de las editoriales, las diversas disciplinas en juego, el nivel de consolidación del investigador dentro de su campo y las instituciones donde trabaja, entonces, dicen los autores del estudio, ya se puede ver que no pondrán crearse políticas para publicar simples y del agrado de todos.

Por ejemplo, algunos académicos ya tienen repositorios para sus publicaciones en las universidades donde trabajan, pero en general no los consideran mucho o tienen muchas suspicacias al respecto. En palabras de los autores del estudio, los investigadores tienen mayor vinculación emocional con sus disciplinas que con sus instituciones. De ahí que los pares tengan más influencia que los bibliotecarios en las creencias de los autores sobre qué es el acceso abierto en los libros.

Con respecto a los pagos de derechos de autor, los autores no le dan tanta importancia (como sí le dan las editoriales donde publican). Interesantemente, cuando se trata de licencias Creative Commons, prefieren las versiones más restrictivas. En otras palabras, tienen muchas suspicacias con la licencia cc-by, llamada también bien cultural libre (dado que no tiene restricciones sobre el uso de la obra).

Visto ahora desde las universidades, hay diferentes actitudes y percepciones. Por ejemplo, las universidades se preguntan si están en condiciones de financiar libros de acceso abierto, en un escenario con muy pocos recursos. Por otro lado, también tienen necesidad de crear colecciones propias, que le den un sello a la universidad y, al mismo tiempo, tienen necesidad de colaborar con otras instituciones, por ejemplo, bajo la modalidad de repositorios comunes. La pregunta que se hacen las universidades es si financiar un libro de acceso abierto tiene los beneficios que se necesitan en estos tiempos de escases. También se preguntan cuánto cuesta o qué implica desarrollar una plataforma de libros de acceso abierto (incluido los aspectos legales de todo ello).

Desde el punto de vista de las editoriales hay también varias dudas y mucha diversidad de modelos. Desde las editoriales tradicionales que se preguntan cómo implementar el acceso abierto, hasta editoriales que nacieron de acceso abierto, pero que buscan el modelo de negocios apropiado para existir. En general, las editoriales están muy atentas al futuro del libro y exploran todas las posibilidades existentes, de ahí que la idea del open access no es un problema, sino un desafío.

Desde el punto de vista de quién entrega el financiamiento para la investigación, las preguntas son si apoyar o no a los libros de acceso abierto. Algunas contestan afirmativamente, dado que el acceso abierto permite que la sociedad en general se beneficie, pero otras consideran que este modelo todavía tiene que evaluarse.

Políticas, sistemas y procesos

Dado lo reciente del fenómeno, no hay políticas comunes o una tradición a la que referir. Por ejemplo, qué pasa cuando un libro se hace en conjunto y una de las partes no está de acuerdo con lo que implica el acceso abierto. O qué pasa cuando un investigador se desvincula de la institución que lo financió y desea crear un libro de acceso abierto.

En un modelo donde las editoriales toman las decisiones de qué libros publicar (y corren los riesgos de ello), todos los otros actores del proceso están más tranquilos. Pero si una universidad o una institución financiadora toma la decisión de publicar un libro de acceso abierto, la pregunta ahora es cómo tomar esa decisión. Tampoco los mismos académicos desean ponerse en el rol de tomar decisiones sobre qué libros pueden ser publicados, dado que no hay tanto dinero para publicar todos los libros que los académicos han escrito y alguien tiene que quedar fuera.

Otros aspectos a considerar son el prestigio (no da lo mismo cualquier editorial), los costos reales del proceso de publicación (más altos que los académicos creen) y las ventajas que los lectores pueden encontrar en los libros de acceso abierto en relación a los libros que han conocido siempre.

En los pocos elementos que hay consenso entre todos los actores del proceso, es que la calidad editorial no debe cambiar, es decir, la relación del autor con el editor es la misma, independiente del modelo de negocios que permita financiar un libro de acceso abierto. Incluso más, nadie tiene problemas con que un autor cambie de editorial para su siguiente libro, dado que cada editorial tiene un público especializado, dada la forma particular de trabajar. También existe consenso que debe existir un pago inicial a la editorial, que generalmente no tiene la capacidad de absorber todo el costo del proceso. Empero, la calidad está por sobre todo.

En el área de difusión se presentan los desafíos. Si una universidad decide publicar un libro, ¿cómo llegará a los lectores de ese libro en particular? No puede simplemente dejarlo en su sitio web, a la espera que Google lo encuentre, pero tampoco tiene el suficiente personal para dedicarse a difundir el libro. Los autores tampoco quieren participar de ese proceso de marketing. En el modelo anterior, las editoriales le pasaban los libros a otras empresas, como librerías, las cuales se encargaban de llegar al público especializado, pero las universidades o los autores no hacen eso. Existen iniciativas, no muy conocidas, como OAPEN Library (Open Access Publishing in European Networks), que opera la plataforma DOAB (Directory of Open Access Books), cuya idea es reunir todo libro publicado en acceso abierto (pero los autores y las editoriales deben avisarles y no esperar ser encontrados por casualidad).

De acuerdo a los investigadores del estudio, los libros de acceso abierto no aumentan la venta de libros en las editoriales que los implementan. De ahí que estas soliciten dinero por adelantado para cubrir los costos.

Otra serie de nuevos problemas tiene que ver con la preservación de los libros de acceso abierto, esto es, qué pasa si una editorial quiebra o abandona su página web: ¿dónde estarán los libros en 100 años más? Hasta el momento, no se sabe muy bien qué hacer. Además las tecnologías van cambiando y tal vez no se puedan leer los libros en los formatos en que fueron creados.

Modelos de negocios para los libros de acceso abierto

Los autores del estudio, lamentablemente, no presentan un cuadro comparativo de los diferentes modelos de negocios existentes, sino que presentan algunas ideas que ellos consideran claves en la creación de tales modelos: los libros de acceso abierto tienen que estar en sintonía con la misión de la editorial o de la universidad donde se alojen, es decir, no son un producto aparte, sino que parte de la misma actividad de la organización. Lo que es diferente es que tiene un conjunto de características propias, dada su tecnología y naturaleza, que necesita tener un conjunto de especialistas dedicados, que entiendan de qué se trata este negocio.

Por el momento, este nicho es pequeño y no se pueden esperar grandes inversiones en esta área. Todos están aprendiendo a medida que se desarrolla este sistema de publicaciones y, más bien, lo que hay es experimentación, para saber qué funciona y que no.

Sin embargo, los autores del estudio creen que es más probable que funcione en un ambiente cooperativo entre organizaciones, más que un solo actor sea el que domine este mercado. Si los costos pueden ser distribuidos de alguna manera, como por ejemplo una difusión internacional o una tecnología de fácil acceso entre diferentes actores, entonces es más probable que los autores de libros, las editoriales y los lectores se vean interesados en los libros de acceso abierto.

La pregunta es qué pasará cuando esta forma de publicación se transforme en el estándar y no la excepción como en el presente. Cómo lograrán los interesados recuperar los costos o generar ganancias de los libros de acceso abierto. Ante ello, los autores del estudio hacen un llamado a la transparencia de los procesos, con el ánimo de aprender de la experiencia de todos.

Por ejemplo, no hay consenso de qué es un libro de acceso abierto. Si una organización busca financiar uno de estos libros, ¿cómo se lo explicará a los patrocinadores a los cuales desea presentar el proyecto? Hasta el momento, hay ciertas experiencias que indican que los autores de libros, las editoriales y, en general, todos los actores involucrados en el proceso de creación, buscan que la información esté disponible con claridad, por ejemplo, una justificación de todos los elementos en los costos y la difusión, qué servicios están incluidos y cuáles son los excluidos para cada actor. También qué modelo de licencia se ocupará en los derechos de autor. Si hay ganancias, ¿cómo se repartirán? También qué pasará en el largo plazo, pues la obra se espera que perdure y que siga disponible por mucho tiempo.

Lo que es común frente a este escenario tan diverso, como ya se decía, es la mantención de la calidad. Todos aceptan los procesos ya establecidos, como la revisión por pares evaluadores, el cuidado de los editores, el trabajo de los correctores de textos y el propio trabajo intelectual de los autores de los libros.

La situación en Latinoamérica

Saliendo del documento de Ellen Collins y Caren Milloy, existen diversas experiencias en nuestros países. Por ejemplo, SciELO Libros (link) posee un catálogo de más de 700 libros, de los cuales 400 están en la modalidad de acceso abierto. Es un proyecto que comenzó en el año 2012 y ha crecido sostenidamente en Brasil y, por lo tanto, en idioma portugués.

En Argentina existen editoriales independientes que han explorado los libros de acceso abierto, como es el caso del Programa de Acción Colectiva y Conflicto Social (link). Su catálogo es limitado, pero lo interesante es la intención de divulgar investigaciones sociales a través de este modelo.

En Chile otra editorial independiente es Ariadna Ediciones (link), que se concentra en libros de humanidades, artes y ciencias sociales, también con pocas obras hasta el momento. Posee además de las versiones electrónicas gratuitas, versiones impresas que se pueden comprar a pedido. En el campo universitario, la Universidad de Chile tiene el Portal de Libros Electrónicos (link) con cerca de 500 libros, todos de acceso abierto, en los más diversos temas que los académicos de esta universidad han abordado.

En México existen varios modelos. Por ejemplo, algunos académicos de la Universidad Nacional Autónoma de México, ocupando software libre y bajo el hosting del Instituto de Física de la universidad, crearon CopIt arXives (link), siendo su libro más reciente de 2015. Empero, dentro de la misma universidad se encuentra el Instituto de Investigaciones Bibliotecnológicas y de la Información, que posee 250 libros de acceso abierto (link).

Dentro del catálogo del Instituto, se encuentra “El libro digital universitario: propuesta de un modelo de negocios” por Georgina Torres. Ella señala que el Primer Simposio Internacional del Libro Electrónico se realizó en México en el año 2011, donde se señalaba que solo el 7% de los libros publicados en Iberoamérica eran digitales (situación que no ha cambiado mucho hacia inicios de 2016).

Torres distingue tres modelos: suscripción, híbrido y acceso abierto. En el primero se paga, en el segundo el libro tiene un periodo de veda y en el tercero está completamente disponible.

Para el caso de los libros universitarios, una importante ventaja de la publicación digital es que no hay que almacenar los libros en bodegas, pues es muy frecuente escuchar la historia de libros que permanecen por años guardados, dado que las universidades tienen problemas para la distribución de las obras que mandan a imprimir.

Además, los libros universitarios son muy especializados: unos pocos investigadores, los profesores y los estudiantes tanto de pregrado (o grado) como postgrado. La calidad, dice la autora, está generalmente garantizada. El problema, de todas maneras, sigue siendo la distribución: cómo llegar a los lectores que son el público buscado.

En cuanto a los costos, si bien no hay costos de impresión, todos los otros costos se mantienen. La pregunta también es si las editoriales universitarias quieren ganar algo de dinero con los libros o tal vez los mismos autores quieran obtener algún beneficio económico. Para ello, dice Torres, es mejor transparentar las decisiones de todos los actores involucrados. Finalmente, la autora cree que las bibliotecas universitarias jugarán un rol de vital importancia en estos nuevos formatos de divulgación.

Para nosotros, editores latinoamericanos, nos queda la exploración de estos modelos y compartir nuestras experiencias. Bienvenidos entonces los libros de acceso abierto.

Referencias

Collins, E. y Milloy, C. 2016. OAPEN-UK final report: a five-year study into open access monograph publishing in the humanities and social sciences. Bristol: JISC. (link)

Torres, G. 2015. El libro digital universitario: propuesta de un modelo de negocios. México: UNAM. (link)